INJUSTICIA

Cansa, después de tantos años de ver y compartir reivindicaciones por el establecimiento de una ley que permitiera abortar a las mujeres en libertad y en condiciones dignas, volver a una situación peor que la de la insuficiente ley del 1985 con un proyecto de ley que amenaza retrotraer a las mujeres a los periodos mas oscuros de nuestra historia.
Cansa ver como todavía se le permite a un ministro ególatra y autoritario imponer desde su puesto de poder imponer sus concepciones morales, reaccionarias como pocas, sin ni siquiera intentar dialogar con las que van a ser victimas de la ley y sin mover ni una sola pestaña ante el mas que probable sufrimiento que provocará.
Cansa ver como organizaciones sectarias apoyadas por la Iglesia Católica que ocupan posiciones de influencia tienen todavía el poder de imponer a todo un país la visión de lo que debe ser una mujer (al parecer la de una máquina de tener hijos). Cansa ver como estas organizaciones (insisto pertenecientes y apoyadas por la Iglesia Católica) se erigen en guardianas de la moralidad de las personas y desde sus poltronas ya amenazan a mujeres, médicas, con verdadero afán fanático, con una vigilancia inquisitorial con que no va a "haber coladeros". Con una actitud fundamentalista de este calibre vamos a ver en que queda el derecho del aborto en este país.
Y cansa  ver como pueden mas una serie de grupos fundamentalistas frente a una toda una sociedad (que en su mayoría es favorable al derecho al aborto). Cansa ver cómo ésta es incapaz de poner freno a un gobierno que amenaza con hacer retornar a las mujeres al tiempo de la dictadura y los viajes a Londres. Cansa ver cómo no es capaz de trazar una línea clara que indique a fanáticos y a ministros prepotentes que los derechos de las mujeres (como los derechos de todos) no se tocan. Y que si así no se sienten a gusto como ministros indicarles amablemente la puerta de salida.