sábado, 15 de marzo de 2014





¿QUÉ NOS ESTÁ PASANDO QUE TIEMBLA TODO?

Estando en plena crisis Ucraniana, tras el golpe de estado dado por Estados Unidos y la Unión europea y después de la invasión rusa en Crimea (con un referéndum que previsiblemente anticipará la anexión de la península a la Federación Rusa) es hora ya de preguntarse que es lo que nos está pasando, pues se nos está abriendo un porvenir inquietante.

En plena deriva militarista

Lo sucedido en Ucrania viene a confirmar que las predicciones que se estaban haciendo desde determinados ámbitos, acerca de una escalada militar en la crisis, debido a su imposible resolución, han acertado. Ya son suficientemente numerosas las crisis (Corea del Norte, Iran, Siria y por último Ucrania) y en concreto esta última (todavía no resuelta y con la amenaza de fractura del mismo estado ucraniano) para afirmar que estamos en plena deriva militar. No estamos hablando de un enfrentamiento de rusófonos y ucrainófonos, sino de un enfrentamiento de EEUU y países satélites frente Rusia. Hasta el momento no sabemos a donde llegará el asunto, pero de momento parece que la política de Rusia es no ceder ni un milímetro, frente a un Obama que parece asustado sin saber que hacer después del estropicio y amenazado por senadores como McCain que pide mano dura frente al "Imperio del mal" (como llamaba Reagan a la Unión Soviética). ¿Llegará el conflicto a mayores? En principio todo el mundo piensa que no, que al final las aguas volverán a su cauce. ¿Pero que pasará con Crimea?


 Por otra parte habría que repasar algunos conflictos que parecían no querer nadie pero que al final acabaron desencadenándo  la guerra. En 1914 en principio nadie parecía quererla. Es cierto que las ambiciones alemanas eran notorias (el capitalismo alemán necesitaba un mercado para sus productos). Y al final se entró en una dinámica de acontecimientos tras el asesinato del archiduque en Sarajevo en el que todo el mundo se vio en vuelto y que parecía sobrevolar a todos. En 1962 la crisis de los misiles por poco desemboca en una crisis nuclear de la que nadie sabía cómo salir. Este tipo de dinámicas no dejan de ser frecuentes sobre todo cuando debajo hay un fundamento para el enfrentamiento. Y es que en nuestro caso lo hay. Estamos en una crisis económica no resuelta y en la peor crisis energética de nuestra historia:

-Por un lado la economía sigue estancada. Las esperanzas de que China y los países del sur de Asia constituyeran un polo de acumulación del capital parecen haber fracasado. Lógicamente el capitalismo intentará alguna salida, ahora bien la pregunta es ¿Cual? ¿Cómo va a salir el capitalismo de ésta?
No lo planteo como una pregunta retórica porque personalmente no le veo ya ninguna salida. Y un estancamiento a la Japonesa no es salida. Y cuando no hay salida solo aumenta una cosa, la incertidumbre.

-La crisis energética empeora todavía mas las cosas al capitalismo. La cuestión ya no es si se está dando o no el zénit del petroleo. Ya es un hecho suficientemente comprobado. La cuestión parece situarse en cuándo nos toparemos con la barrera de la imposibilidad de satisfacer la demanda. Como último recurso parece ser que se está recurriendo al petroleo no convencional. Parece a todas luces una salida a la desesperada pues aparte de su enorme agresividad medioambiental se trata de un modelo de extracción sumamente caro. La situación parece enormemente confusa, pues desde determinados medios se insiste en que los Estados Unidos está logrando la autosuficiencia energética, pero la cuestión sería ¿Por cuanto tiempo? y literalmente, ¿A qué precio?, porque esta manera de extraer petroleo no es precisamente barata.

-Que en Estados Unidos se esté experimentando con una forma de extraer petroleo sumamente cara e increiblemente agresiva me lleva a pensar algo que quisiera sugerir como hipótesis. Es la idea de que Estados Unidos se estuviera planteando ésto como una política de independencia energética frente a Oriente Medio y por supuesto, Rusia. Estados Unidos se estarían planteando algo así como un "cierre de fronteras" con una industria nacional relocalizada.
Todo esto hace que nuestra manera de pensar el mundo salte en pedazos. Quiero decir que lo que podría estar emergiendo un orden post-globalización, en el que las superpotencias intentaran acaparar los recursos naturales e intentar recrear el capitalismo por su cuenta. Lo que se tendría en mente sería así como un "capitalismo Mad-Max" en el que los países mas poderosos arrasarían con los recursos de los países mas débiles iniciando una dinámica sumamente destructiva.

- Pero todo esto sería quizá en vano por la siguiente razón, el capitalismo no se ha mundializado porque sí, sino forzado por su propia estructura, por la propia ley del valor que es la que ha forzado un capitalismo de carácter mundial. Globalización y capitalismo son inseparables. Ahora bien lo que sí que es posible es que se den al mismo tiempo tendencias contradictorias y que empujen a políticas mas agresivas de avasallamiento de los recursos naturales y a confrontaciones locales sumamente violentas.

Son los mas débiles los que tienen mas que perder en este juego, la clase trabajadora ucraniana, hable ruso o ucraniano, sea de la etnia que sea, es la víctima de este juego cínico entre superpotencias. Son la gente que no tendrá dinero para pagar la calefacción, o que tendrá salir del país vagando por algún lugar de Europa en busca de trabajo, o que morirá abandonada en un hospital de mala muerte. Todo para mayor gloria del capitalismo, en su vuelo delirante hacia la nada.


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