viernes, 7 de febrero de 2014



ANATOMÍA DEL ÉXTASIS

Si me preguntaran cual es el rasgo mas importante de la ética de nuestro tiempo ( entendiendo ética por "arte de vivir") contestaría sin dudarlo que es la busqueda desenfrenada del éxtasis. Ëxtasis como placer elevado a la máxima potencia, como estallido de la razón y disolución en un todo indiferenciado y oceánico: éxtasis como orgasmo. No solo como orgasmo en el sentido sexual del término sino también inducido desde fuera por medios acústicos, visuales y por supuesto químicos. "Esto es mejor que cualquier inyección de carne...mejor que cualquier puta polla del mundo" dice una de las protagonistas de Trainspotting, la novela de Irving Welsh, al recibir la correspondiente dosis de heroína.


No es decir nada nuevo que el éxtasis ha estado presente en muchas culturas y por supuesto también en las que han dado lugar a la nuestra. Cultos mistéricos en Grecia y Roma y por supuesto una larga tradición de místicos y entusiastas en la cultura cristiana. El hombre o la mujer como vasija de lo divino. Santa Teresa de Avila proclamaba tener a Dios como su prisionero y al mismo tiempo anhelaba la muerte como momento supremo de destrucción de las barreras corporales y como levantamiento de las exclusas del alma para inundar al yo de lo divino. Pero hay que señalar que estas explosiones despertaban suspicacias y que las autoridades religiosas mantenían bajo control estos movimientos.

Y es que también en nuestra tradición existe un fuerte componente racional, que ha querido mantener todos los ímpulsos corporales bajo el dominio de la razón (aunque precisando que este dominio no significaba necesariamente represión). Desde Platón y Aristóteles (aunque en el primero hay elementos extáticos claros), pasando por epicureos y estoicos, las culturas griegas y romanas enfatizaran la imagen de estructurar la vida conforme a la razón. De todas maneras y por lo señalado anteriormente trasmitirán una ambivalencia por la presencia de elementos fuertemente irracionales como los cultos mistéricos señalados antes.

También la cultura cristiana mantendrá la idea de un control de los impulsos por la razón. Las efusiones místicas nunca serán bien vistas por la iglesia. Esto se dará por supuesto tanto en el ámbito católico como en el protestante, llegándose a la represión brutal de lo sensible en el calvinismo, imponiéndose una ética ascética que hoy sin duda alguna nos parece atroz.

Es precisamente en el siglo XVIII cuando va a comenzar a quebrarse el dominio de la razón. Quizá una de las últimas figuras que tratarán de mantener una ética racional sea Kant, porque casi al mismo tiempo que él va a ir apagándose va a surgir con fuerza el movimiento romántico. Este momento es sumamente importante porque a partir de la muerte de Kant va a darse ya la definitiva descomposición de la racionalidad occidental, en la razón científico técnica, la razón moral y política y la razón estética (siguiendo ya a Weber)

En este reparto de la herencia de la muerte de la Razón, quien saldrá ganando será la razón instrumental, en otras palabras, la técnica, gracias también al apoyo del capitalismo. La gran derrotada será la ética y la razón política. Cada vez será mas difícil conformar una ética racional, tanto como forma de vida, como forma de estructura de la comunidad política. Y la técnica no indica nada de los fines a conseguir, sino solo de los medios. Por eso la cultura europea entrará en un proceso de aumento de la irracionalidad colectiva.

A nivel estético se va a ir notando un auge en el significado cultural de la música. Será a partir de Beethoven peró alcanzará su apoteosis con Wagner. Debemos darnos cuenta de lo que significa este auge de la música, a todos los niveles, porque ésta ha invadido todas las clases sociales en una manera que no lo ha  hecho ningún arte (da igual de que tipo de música hablemos). La música no está tan guiada por conceptos como los demás y su poder de penetración en el psiquismo del individuo es mucho mayor que otros artes. Por otro lado la música desborda ya las categorías de lo bello y lo sublime para entrar en el terreno de de lo extático. Con la música las defensas racionales del yo caerán (lo mismo ocurrirá con la danza en el siglo XX). Lo que estoy intentando señalar es que una forma estética basada en la música dice bastante de el tipo de cultura en que nos estamos moviendo: es la cultura en la que el yo tiene menos defensas racionales y es cada vez menos capaz de articular una etica racional como una comunidad racional de los seres humanos.

En el siglo XX se ha ido afianzando esta relación de complomentariedad entre la razón técnica y la cultura del éxtasis. En primer lugar en los años treinta se produjo una entrada del elemento extático en lo político con el ascenso del nazismo al poder en Alemania y la aparición de una manera de hacer política de manera orgiástica. La brutal incursión en la história de lo extático (que llevó al genocidio nazi) probablemente previno a la burguesía de utilizar este elemento en la político. De todas maneras hubo una segunda aparición de lo orgiástico a nivel político, fue en 1968 en el marco de la protesta estudiantil (más en Estados Unidos que en Francia). En los campus estudiantiles y mas adelante ya en todo el país se generalizó el uso de drogas, generalización que traspasará los Estados Unidos.

Hacia 1980 el capitalismo se está recomponiendo con fuerza después del ataque sufrido en los años anteriores. El modelo de la vida orientada al éxtasis se hace dominante por tres razones. En primer lugar todo lo que fuera el uso de las drogas con intenciones políticas queda desviado hacia territorio estrictamente privado. Y no sólo las drogas sino todos los elementos que condujeran a lo estático (música y danza). En segundo lugar la liberación sexual, favorecida por la aparición de los anticonceptivos químicos. En tercer lugar se hace una apuesta por una ética hedonista con el objetivo de romper cualquier tipo de solidaridad entre los individuos. Por otro lado aparece toda una industria cultural que potencia los "momentos fuertes", tal como los parques de atracciones en todas sus formas. El objetivo al cual tienden todas estas practicas es a la búsqueda de éxtasis de carácter fisiológico. Si en la cultura religiosa cristiana o en la música de la etapa romántica el éxtasis iba acompañado de una forma que daba un carácter "cualitativo" al éxtasis ( que mantenía los elementos formales fueran conceptuales o de tipo musical) aquí ese elemento desaparece , tan sólo queda el elemento cuantitativo, el orgasmo mayor o menor, la mayor descarga de adrenalina,... Este enfasis en lo cuantitativo es síntoma de la destrucción de los elementos racionales del sujeto y su, cada vez, mayor impotencia para dotar de sentido a sus vivencias. Es decir el placer se da privado de forma. Esta forma de darse lo placentero, con su énfasis en lo cuantitativo es muestra de la estructuración del tiempo del capitalismo en su plena etapa de expansión. La estructuración del tiempo puramente cuantitativa, fruto de la aceleración del proceso de rotación del capital, en tanto en cuanto impide dotar de un relato con sentido a nuestra vivencia de la temporalidad es la causante de la destrucción del carácter cualitativo del placer. La vivencia en forma de horarios sumamente rígidos hace que pasemos de una manera automática de una actividad a otra. La repetición constante de este ciclo "homogeneiza el tiempo" ( el problema de comprensión de la temporalidad deviene de nuestra inserción en esta cultura, aún así aun captamos el sentido más básico de la temporalidad cuando utitilizamos expresiones como "se me ha hecho la espera muy larga" o "!que rápido ha pasado el verano!" pues el tiempo no aparece separado del relato vital"). La desaparición de una estructura narrativa en el ser humano es la que priva de significado al placer.

Por otro lado el aislamiento del sujeto hace que este placer pierda referencia a los demás. La vivencia colectiva y dentro de una forma del placer hacía de éste algo humano. El marcaje abstracto del tiempo desnuda al yo de sus envolturas racionales y lo pone al servicio del Ello (el ello en la tópica de Freud es la instancia fisiológica que se guía únicamente por la maximización del placer frente al super-yo que impone los ideales culturales). Con ello el sujeto racional se viene abajo y con él toda la cultura basada en los ideales de la razón. La posibilidad de reproducción del capitalismo sin necesidad de un yo racional y que sólo se guíe por la llamada de un imperativo del placer basado en el absurdo del fetichismo de la mercancía y la cosificación es una de las mayores amenazas al la Modernidad política y a la construcción de una sociedad emancipada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario