martes, 4 de febrero de 2014




ITALIA: EL OCASO DE LA REPÚBLICA

El caso de Italia es uno de los casos mas amargos pero quizá mas aleccionadores de nuestro entorno (por no mirarnos a nosotros mismos) de cómo las instituciones democráticas burguesas instauradas en un país con un desarrollo capitalista anómalo (un sur francamente deprimido), que a pesar de contar con uno de los movimientos obreros mas potentes (y también mas reprimidos) de Europa, fracasan, hundiendo al país en una degradación política y social sin precedentes. Italia es uno de los ejemplos paradigmáticos de la crisis de legitimación  del capitalismo tardío.

Hoy al mirar a Italia nos encontramos con un país social y políticamente desarticulado. En realidad lo que nos sorprende al observar la escena política italiana es observar a través de una lente distorsionadora, la imagen extrema de las tendencias que observamos aquí. La política italiana parece una imagen desproporcionada de lo que vivimos aquí. La Italia de la corrupción extrema, de Berlusconni, de los movimientos populistas, del cinismo extremo de los ciudadanos y ciudadanas respecto la política llaman la atención incluso aquí donde encontramos fenómenos análogos. Digámoslo claro y para acabar con un injustificado sentimiento de superioridad por parte nuestra, lo que diferencia a la política italiana de la de aquí es que ahí se presentan de una manera franca y sin tapujos lo que aquí aún está reprimido.
Por otro lugar es necesario realizar un intento de entender lo que pasa en Italia. Ésto es muy interesante para entender lo que pasa aquí, en España. Compartimos muchas cosas, mas allá del sol, los turistas, el culto surrealista a los santos y al futbol. Compartimos, y esto es lo importante, el  ser países de la Europa mediterránea, por tanto periféricos al centro del capitalismo. Por otro lado somos países con un desarrollo económico desequilibrado. Todo ésto nos llevó al famosos compromiso social de posguerra de una manera más frágil que otros paises situados más al norte.
Esta débil integración produce en Italia un efecto muy importante, el mantenimiento de una izquierda con vocación anticapitalista en el país, primero el PCI y mas tarde otros grupos revolucionarios. Por otro lado en Italia (de la misma manera que en el Estado Español) experimentaran la "protección" de los Estados Unidos en aras a "defender las libertades". Por "defender las libertades" se ha de entender el mantenimiento de bases militares y una red de espionaje con un afán, impedir un gobierno de coalición entre comunistas y socialistas que pudiera inclinar la balanza del lado del socialismo (también hay que señalar que el Vaticano puso su piedra en el empeño vía la excomunión del comunismo). Y así fueron trascurriendo los años, con el dominio omnímodo de la Democracia Cristiana, gracias también a la red de clientelismo político que mantenía. Por otro lado la represión  política estuvo presente en modo de matanzas (Reggio Emilia, 1960) o extrañas acciones terroristas. Este proceso se agudizó en los años setenta cuando era previsible llegada de la izquierda al poder (Asesinato de Aldo Moro por las brigadas rojas dentro de una confusión emorme y por último la terrible matanza de la estación de Bolonia, en 1983, también en circunstancias "confusas" por decirlo suavemente).El resultado de los primeros 40 años de la República fue que el bloque de poder evitó un gobierno de izquierdas. Las consecuencias de todo ello fue el establecimiento de un sistema corrupto hasta la médula y de una inestabilidad enorme. En los años del "pentapartito" las crisis de gobierno y las visitas al Quirinal (sede de la Presidencia de la República) se sucedían a una velocidad de vértigo con gobiernos que duraban pocos meses. Pero en 1989, cae el muro de Berlin y el bloque comunista. El histórico PCI, que ya no suponía una amenaza para nadie se transmuta en el PDS (posteriormente en el Olivo y mas adelante en el PD).
Todo esto hace que en Italia se desencadene un terremoto de la antigua "clase" política (no me gusta aplicar el término "clase" pero no dispongo de otro mejor). Es la época de la antipolítica, que en el fondo revela el cansancio de la ciudadanía con los políticos y el deseo de una gestión cuasiempresarial del estado: Y allí aparece Berlusconni, con su movimiento "Forza Italia" (el nombre es ya expresivo de la vocación aconceptual de su líder) y sus socios, el fascista Fini y el nada gracioso Bossi con su liga Norte. Si mirar a la derecha ya da miedo la izquierda tampoco tranquiliza demasiado. El PDS forma coaliciones con pequeños partidos de centro, muy inestables que le llevaran muy poco tiempo en el poder.
En tanto la situación social en Italia se va degradando porque desde los años ochenta se está desmantelando el compromiso social de posguerra y el estado de bienestar, como aquí. Y como aquí la sociedad aparece no dar muestras de vida mientras que Berlusconni comienza su periplo judicial y la utilización del poder legislativo para su disfrute personal.
En esas Italia entra en la crisis en que todos estamos. Si bien Italia no había jugado la baza de la burbuja inmobiliaria (a diferencia de aquí), la deuda pública que ya venía de antes era insostenible y pasto de los buitres financieros. Y aquí llegó el golpe.
Así como la canción "Grandola vila morena" marcó el paso a la Revolución de los Claveles en Portugal, aquí la revolución también tuvo su aliciente musical. En una representación del "Nabucco" de Verdi, el director Ricardo Muti entonó un lamento por la desolación de la patria invitando a cantar juntos el celebre "Va pensiero" (aquí se rompen los paralelismos con nosotros, pues para nuestra sensibilidad es mejor un Madrid-Barça). A partir de ahí todo fue rápido, Giorgio Napolitano forzò a Berlusconni  a dimitir (a pesar de que disponía aún del respaldo parlamentario)!. Napólitano se apoyaba en el desprecio que la mayor parte de la opinión pública sentía hacia el primer ministro. Siguiendo los amables consejos de la burocracia de la UE, del capital internacional, de los Estados Unidos y de Goldman Sachs, encargó formar gobierno al exquisito Mario Monti, que tendría todas las virtudes, excepto la de haber pasado por las urnas.
De todas maneras el experimento no duro mas de un año, Berlusconni volvió a las andadas y forzó la caída del gobierno golpista (pues por mucho que no se quisiera ver disponía del primer grupo parlamentario). Las elecciones eran inevitables. Se comprenderá que a estas alturas los ciudadanos y ciudadanas italianas ya empezaran a no tomarse en serio esto de las elecciones y que aparecieran las opciones mas pintorescas. Una de ellas, la de un extravagante "Movimiento cinco estrellas" liderado por un cómico , Beppe Grillo, obtuvo un espectacular apoyo electoral (muy poco faltó para que se convirtiera en partido mayoritario).
De todas maneras Napolitano, al que se le forzó literalmente a un segundo mandato como Presidente de la República (pese a sus 89 años de edad) logró lo imposible, un político del Partido Demócrata, Letta, consiguió formar gobierno. Por el momento aún dura, por el momento.
¿Qué pensar de la democracia liberal al repasar esta historia? En Italia en primer lugar se reprimió el ascenso de la izquierda al poder por el temor de que una victoria de la izquierda llevara a Italia al socialismo. A parte de la violencia que ésto supuso, la degradación del estado Italiano era inevitable, en forma de corrupción masiva, redes mafiosas, descomposición política. Por otro lado el factor internacional de la crisis del estado de bienestar también afectaba, sobre todo a la izquierda que ya no despertaba el menor entusiasmo. A partir de ahí se entró en un mundo de política espectáculo (mientras que el país iba a peor). Esto hubiera podido continuar mucho mas tiempo de no haber aparecido la crisis. En ese momento era necesario para los intereses del capital dar un golpe. Que el golpe fuera inhabitual, es decir sin tanques ni represión política puede que fuera posible debido al hecho que no era necesario esa exhibición de fuerza. Por otro lado es también muestra de la debilidad del estado.
Pero el hecho mas inquietante es la imposibilidad de la sociedad italiana de articular una alternativa coherente (de ahí la bufonada de Grilo). Italia aparece sumida en una espiral en la que un estado cada vez mas débil gobierna porque la sóciedad es siempre mas débil y no puede plantarle cara. Quien siempre actúa con decisión es el capital que ya gobierna directamente.
¿Es posible que la sociedad plantee una alternativa al sistema de partidos imperante? De lo que ocurre en Italia, parece ser que no, pues el gobierno del capital siempre aparece varias zancadas por delante. Quizá un retroceso masivo del capital podría fomentar la autoorganización de los ciudadanos. Pero eso sólo lo puede decir el tiempo

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