miércoles, 9 de abril de 2014

EL LOBO: EL "ESPÍRITU" DEL CAPITALISMO




Una de las cosas mas apreciables de la película "El Lobo de Wall Street" (Martin Scorsese, Leonardo Dicaprio) es que al describir las peripecias de su protagonista (basados en los hechos de un ex-broker reciclado)  no cae en la moralina condenatoria de Wall street contraponiéndo el capitalismo productivo al capitalismo especulativo (trampa en la que cayó Oliver Stone hace ya tres décadas en "Wall street"). A mi juicio la película es bastante correcta en este punto. No hay ninguna indulgencia del tipo "pobre hombre rico" en el personaje, por otro lado patético. No, los brokers de Wall Street viven mejor que los obreros marginados del Bronx. Por empobrecido que esté su universo espiritual ( que sólo conoce de orgías con prostitutas, drogas y coches de marca), no vamos a caer en el error de hacerlos víctimas de la alienación. En ese sentido la película es honesta. Los brokers se lo pasan en grande estafando a sus clientes en un ámbiente parecido al de una secta liderada por un gurú-mercachifle que promete enriquecerlos de un modo fácil y simple.


Este aspecto creo que es interesante y es que el director, de un modo no se si del todo consciente, ha "tocado hueso" con lo que se ha venido a llamar "espíritu del capitalismo" (expresión que viene de la obra de Max Weber La ética protestante y el espíritu del capitalismo"). Hay un momento al principio en el que el protagonista, broker de bolsa que había quedado sin empleo tras el crack de 1987 (preludio de los actuales), busca empleo, de lo suyo, claro. Y lo encuentra, para su asombro, en un garaje en un suburbio. Donde el se había imaginado un universo de hombres con traje de corbata y terminales de ordenador, se encuentra con un montón de hombres y mujeres trabajando con ropa de calle y con unos pocos teléfonos. Y he aquí que el protagonista cae en la cuenta de algo muy importante, que para ganar dinero no hacen falta licenciados en Harvard, sino gente que esté dispuesta a todo por ganarlo y con un nivel importante de inteligencia práctica, amén de un grado suficiente de desparpajo.

Creo yo que aquí se muestra un rasgo importante del "espíritu del capitalismo" y lo que es mas importante, de todo el capitalismo, del productivo. El capitalista es simplemente un hombre sumamente práctico, por supuesto sin grandes ideales (que mas bien estorbarían), con ganas de ganar dinero y con una gran capacidad de reunir elementos tanto humanos como materiales para explotarlos mejor. Dejémonos de tonterías de grandes visiones e ideas. No se necesitan grandes visiones e ideales para colocar aparatitos a los consumidores, se necesita ser sagaz para saber vendérselos. Es en este ambiente un tanto chapucero del mercachifle es donde ha florecido el capitalista. No es extraño que el capitalista haya suscitado el desprecio de todos aquellos que poseían "ideales" (a veces sumamente trasnochados) como intelectuales, hombres dedicados a la Universidad, aristócratas recalcitrantes, clérigos. Seamos cautos con este desprecio, en él no hay un verdadero interés por la explotación a que son sometidos los obreros, sino un desprecio por el origen plebeyo de muchos burgueses, por sus ideas plebeyas, por sus gustos plebeyos. 

No es extraño que la patria del "socialismo realmente existente", es decir la Unión Soviética, exhibiera un aristocratismo llamativo. En el Cine, en la Música y por supuesto en el Ballet (ciértamente en Rusia existía una tradición de este arte debido a la existencia de una aristocracia bastante abultada). Pero lo mas llamativo y lo que da mucho que pensar es lo que ocurrió con la ciencia Soviética en concreto con la ciencia de la computación. En ese sentido la Unión Soviética estaba a la vanguardia y sin embargo ese fue uno de sus puntos mas débiles. ¿Qué tenían los Estados Unidos por contra? Si se lee algo de lo que ocurría en aquellos años en California se ve que aparte de la famosa cultura hacker habían unos personajes que fueron lo suficiente hábiles para colocar ordenadores personales que en aquella época no cumplían ninguna función provechosa. La Unión Soviética tenía una industria estatizada donde estas cosas eran impensables y lo que es mas grave, un afán desorbitado por emular a los capitalistas Estados Unidos de América. Los soviéticos de a pie que compartían con sus élites este deseo no dudaron en liquidar el comunismo y con él todo el estado soviético.

Todo esto da que pensar y , dándole la vuelta al título, preguntarse por el "espíritu del socialismo". Se trataría en definitiva, de pensar qué valores, que ideas fomentarían el desarrollo de una cultura socialista liberada de cualquier tipo de cualquier tipo de aristocratismo.

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