viernes, 30 de mayo de 2014

LA DEFENSA DEL YO




Cita extraída de la Dialéctica de la Ilustración de M. Horkheimer y Th. Adorno:

Dice el chino:"decía con voz velada: amigo mío, la fortuna me ha sido adversa en este mundo. ¿Me preguntas a donde voy? Me voy a los montes, busco paz para mi corazón solitario."

Dice el americano: "Yo he fracasado. Y eso es todo"

Traigo a colación está cita de la Dialéctica de la ilustración de Adorno y Horkheimer (Trotta, 2000, p.253) porque señala de manera clara y bastante expresiva dos modelos de reacción ante una realidad que es adversa. Lo que llama la atención es ver como la reacción del chino es mas sutil y le permite unos mecanismos de defensa bastante grandes. La respuesta del americano (estadounidense parece) llama la atención por su laconismo, por su brutalidad seca. Parece como si el fracaso lo invadiera todo. Así como el chino parece encontrar elementos de paz en la naturaleza, el americano no alberga la posibilidad de una mínima reconciliación con la realidad. Todo es fracaso. Por otro lado mientras que el chino entiende su fracaso como exterior a él , como "mala fortuna", el americano carga sobre sus hombros la culpabilidad de una manera total.


Creo que el tema de las defensas del sujeto ante una realidad adversa no es tanto una cuestión de tradición occidental vs. tradición oriental. En la tradición literaria castellana por ejemplo, el rechazo del mundo y la huida a un mundo interior donde el sujeto se reconcilia consigo mismo es un tópico que aparece con bastante frecuencia. Hay por ejemplo un poema de Fray Luis de Leon "De la vida bienaventurada" que desarrolla este tópico, como también en Góngora el conocido "Ande yo caliente y ríase la gente" va en esa dirección. No sé mucho de ésto pero creo que si buscáramos en otras tradiciones literarias encontraríamos el tema. Con esto quiero decir que la manera de afrontar el fracaso no se debe a esto, sino probablemente al nivel de colonización del sujeto que se ha alcanzado en las sociedades contemporàneas desarrolladas.

Lo que quiero decir es que en el capitalismo contemporáneo la socialización del individuo es ya total. Vivimos en un universo totalitario de tal calibre, que no estamos dejando al yo ningún espacio para el desarrollo de sí (y para sí). No manejo bien las categorías del psicoanálisis pero es como si el superyo (la instancia psíquica encargada del ámbito moral) se hubiera agigantado en nuestros tiempos. Puede que sea erróneo entender que esta sobredimensión del superyo se manifieste en forma de culpa. Ha habido otras épocas donde el sentimiento individual de culpa ha sido aterrador, mucho mayor que ahora. Pero creo que la culpa es una de las formas en las que se manifiesta el superyó. Los modelos de superación personal, la idea de que hemos de triunfar a toda costa, son uno de los elementos tiranizadores mas potentes que el superyo utiliza.

Esta idea de autosuperación a toda costa ha sido promocionada a lo largo de varias décadas dentro de los sistemas educativos (y posiblemente también por las familias). La idea del ascenso en la escala social havía sido un "leitmotiv" a lo largo de varias décadas en las familias españolas. Muchos padres y madres dentro de la clase obrera aceptaron fuertes privaciones en su vida en aras a que los hijos pudieran llevar una vida mejor.

Así, por ejemplo alrededor de 1960 se produce en el Estado Español una fuerte migración en dirección a las grandes áreas industriales del país: Cataluña, Madrid, Euskadi, Pais Valenciano. Uno de los elementos que no se calibrar de esta migración es de hasta que punto se debió a las difíciles condiciones de vida en las zonas rurales o a un deseo de aumento de posibillidades en la ciudad (quiero ser cauto porque no sé del tema). De todas maneras el deseo de aumento de posibilidades de vida pudo haber sido un móvil muy importante en todos estos procesos.

Mas adelante, en una parte importante de la llamada clase media (que incluiría los segmentos mejor situados de la clase obrera y la pequeña burguesía) esta ideología de la autosuperación personal jugaría un papel muy importante. Yo mismo puedo atestiguar, como miembro de un hogar de clase media, de que manera este ideal de autosuperación se inculcaba en este sector. En ese sentido recuerdo el absurdo e injusto Curso de Orientación Universitaria (COU) que terminaba con el colofón de un doblemente injusto examen de "selectividad" (que por cierto suspendí con un 4,3). Recuerdo como todos los alumnos de la clase abrazaban esta actitud con auténtica pasión. El examen se convertía así en la razón de ser del curso. Mas adelante en la universidad esa actitud continuaba. Traigo a colación esta idea para señalar como lo que he llamado ideología de la superación era aceptada sin ningún tipo de crítica. El sujeto no disponía de armas para acerla frente. Mas adelante llega la entrada en el universo laboral, con el consiguiente desmoronamiento personal que a veces se convierte en una auténtica pesadilla. La cuestión se está agravando todavía más debido a la crisis y al proceso masivo de descualificación que está sufriendo la mano de obra al servicio de los intereses del capital. Mucha gente joven se está encontrando con que titulaciones universitarias, que hay que decirlo, han costado mucho trabajo de conseguir,se ven degradadas por la estrategia del capital consistente en abaratar la mano de obra.

Si los individuos hubieran adoptado otro sistema de valores, ¿Serían mas resistentes al derrumbe? Soy consciente de que la crisis es más que un derrumbe de espectativas. Mucha gente padece no ya por no ver realizado su "ideal de yo," sino por algo más fundamental, por el miedo a verse en la calle, expulsadas por completo del sistema social.  Pero para mucha gente la crisis se manifiesta de esta manera, como el desmoronamiento de todo un sistema de valores.

Emtendámonos, lo que se está viniendo abajo es todo el sistema de valores de la llamada "ideología del rendimiento" o como lo he llamado yo "ideología de la autosuperación personal". Lo que se viene abajo es una forma de construir nuestra narrativa personal, pues para orientarnos en la vida y en el tiempo si que  necesitamos de una narrativa. Ahora bien, ¿Tenemos los recursos suficientes para hacer esos cambios?

He mencionado el término recusos deliberadamente, porque para plantearse estas cosas es necesario un mínimo de calma, porque hay gente a los que se les ha negado este derecho y viven angustiadas por donde van a dormir el día siguiente. Creo que es justo hacer esta precisión.

Hay otro elemento que es importante señalar. Volviendo al comienzo del post, comparaba ahí dos formas de defenderse frente a frustración. Si las comparamos observaremos una cosa y es que el chino tiene un lenguaje mas rico que el americano. El lenguaje del americano es simple, funcional. El lenguaje que utiliza consigo mismo es el que utilizaría con una herramienta que se hubiera estropeado. "Se ha roto" y "hay que tirarla al contenedor". El lenguaje funcionalista que nos impone esta sociedad no nos sirve para desarrollar unos mecanismos de defensa del sujeto, !nos tratamos como herramientas!.

Por otro lado hay otro contraste entre las dos citas. El americano parece existir sólo para los demás, al ser rechazado se derrumba. Para el chino hay dos elementos más, pero de una gran trascendencia, la Naturaleza y su propio mundo de pensamientos y sentimientos. Estos dos elementos han sido particularmente degradados en la sociedad contemporanea. La naturaleza ha sido degradada a mero material de dominio y el alma (en un sentido naturalista del término) ha quedado vaciada. Nos hemos convertido así en mera exterioridad.


Hemos de reivindicar un mundo propio, un espacio interior y un discurso de nosotros mismos. Por otro lado hemos de intentar un cambio con la realidad que nos rodea de tal manera que no esté tamizado por el universo conceptual capitalista. Creo que es un requisito para defendernos en una crisis que es también una crisis de orientaciones vitales. No pretendo hacer de esta crisis una crisis meramente existencial, pero creo que junto a los factores económicos entran en crisis otros elementos (y no por casualidad). Y al igual que atendemos a los primeros hemos de atender a los segundos.

Por eso creo que es importante el refuerzo de un discurso del aquí y del ahora, que refuerce el principio del placer frente a las exigencias del superyó  Un discurso que nos permita relacionarnos con nuestra interioridad y también con los objetos de fuera al margen del invasivo lenguaje funcional de la cultura capitalista.

* La imagen corresponde al cuadro Los románticos o el suicida de Leonardo Atienza

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